Colombia y la Unión Europea cuentan con un acuerdo comercial, firmado el 26 de junio de 2012 en la ciudad de Bélgica y decretada su aplicación provisional el 1 de agosto de 2013. Este tratado surge como resultado de 10 rondas de negociación entre el parlamento europeo, el gobierno colombiano y el gobierno de Perú. Entre los temas que abarca, se encuentra el comercio de mercancías y servicios, la contratación pública, el movimiento de capitales y la propiedad intelectual… entre otros.

El acuerdo tiene como prioridad proporcionar desarrollo sostenible para los países miembros del tratado.

La Unión Europea, siendo el bloque comercial más grande del mundo, para el año 2015 registró un PIB de aproximadamente 16,4 billones de dólares y un PIB per cápita de alrededor de 34.786 dólares; además de que cuenta con una amplia densidad demográfica de más de 508 millones de habitantes, por lo tanto que sea el más grande jugador en el mercado de bienes y servicios no es sorprendente. Según los datos de la Comisión Europea y la OMC, para el año 2015 las ventas de la UE al exterior fueron superiores a 1,8 billones de dólares y las compras ascendieron a más de 1,9 billones de dólares.

Todos los datos mencionados anteriormente indican que la UE es un socio estratégico para Colombia en cuanto a relaciones comerciales, puesto que, al ser un mercado tan grande y variado, además de contar con un poder adquisitivo por encima del promedio mundial, genera una demanda potencial beneficiosa para los exportadores colombianos, pueden darle impulso a sus productos y servicios a nivel internacional, no solamente como demanda, sino también visto como oferta la UE ofrece una variedad inmensa de productos y servicios que ahora pueden ser mucho más asequibles para los colombianos.

Apartándonos un poco de las estadísticas, en cuestiones de productos y servicios, las oportunidades de mercado que representa la UE para Colombia son muy fuertes para el sector agroindustrial. Según estudios realizados por ProColombia, son más de 270 productos, incluidas las frutas; los pescados y crustáceos; las legumbres y hortalizas; el cacao; los azucares y artículos de confitería; entre otros, los cuales significan una demanda. Por el lado de las importaciones, Colombia tendría acceso a productos como maquinaria, vehículos, lácteos y sus derivados, fármacos y bebidas alcohólicas que entran a dinamizar, tanto la industria colombiana, como la demanda de los consumidores.

Ahora bien, a pesar del buen panorama que ofrece este acuerdo comercial, las estadísticas reales de los últimos tres años (2014 a 2016) muestran que en materia de comercio internacional, y específicamente con la Unión Europea, las exportaciones disminuyeron un 8% en promedio. Esto se debe a que los productos con mayor participación en ventas al exterior, los minero-energéticos con un promedio del 52% del total, no estaban en su mejor momento en cuanto a precios internacionales, pues recordemos que, durante los tres años mencionados anteriormente, se presentaron las mayores caídas de los precios de los combustibles. Debido a esto, las importaciones presenciaron una caída cercana a la media de 40 puntos porcentuales, que correspondieron a un menor movimiento en productos importantes como las máquinas y artefactos mecánicos, las manufacturas de fundición de hierro, entre otros. Cabe resaltar que la devaluación del peso frente a otras monedas fue un factor clave para la reducción de la demanda internacional.

Sin embargo, no todo es oscuridad para las ventas de Colombia al exterior. El sector del agro, donde productos como: frutas, azucares, cacao, pescado y crustáceos presentaron crecimientos en promedio de un 10%, correspondiendo al crecimiento paulatino de la demanda en el exterior; esto coincide con el estudio mencionado por ProColombia, que indicaba a necesidad de que el sector agro debería de estar muy atento a ésta oportunidad de comerciar con la Unión Europea.

Es, por lo tanto, muy conveniente destacar que la economía Colombiana debe optar por una diversificación en el comercio exterior, más aún con la Unión Europea, en sectores diferentes al minero-energético, ya que hoy por hoy el sector de los combustibles es el que ocupa la porción más grande del mercado y no muestra unos resultados deseables; recordemos que desde el año 2015, y finales de 2016, se presentó una caída de más del 20% en la exportación de minerales combustibles a razón de la debilidad de los precios internacionales.

Finalmente, es pertinente mencionar que la incertidumbre en el mercado como consecuencia del nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, puede ser perjudicial para la economía colombiana en tanto los precios internacionales no se estabilicen. No obstante, las buenas noticias para el agro en Colombia provienen desde un replanteamiento del sector agrícola en temas de comercio internacional, y más aún con un socio comercial tan poderoso como lo es la Unión Europea para aprovechar los acuerdos comerciales y abrirse paso en los mercados extranjeros. Además, la inversión directa extranjera está siendo distribuida de tal manera que los sectores no minero-energéticos puedan tomar fuerza y ser aún más competentes en el exterior.

Referencias

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Cosoy, N. (10 de Noviembre de 2016). Qué significa la victoria de Donald Trump para Colombia, principal aliado y receptor de ayuda de EE.UU. en América Latina. BBC MUNDO.

Jaramillo Gaviria, R. (2 de Enero de 2016). 2016: año para revolucionar el Agro. EL ESPECTADOR.

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Sectores no minero energéticos recibieron el 85% de la inversión extranjera. (2016). Dinero.

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Editado por: Marial del Mar Hleap / marhleap@gmail.com